La blogosfera de la traducción está inundada de especulaciones sobre el futuro de la Traducción Automática (TA).
QuickSilver Translate comparte la opinión de numerosos expertos del sector de que los programas de TA no han conseguido superar las dificultades con las que se han ido enfrentando desde los años 50: siguen intentando hacer una traducción simple, palabra por palabra, y a menudo no tienen en cuenta otros elementos como el orden de la frase o la sintaxis. Los motores de traducción de internet son la vanguardia en TA, pero incluso con Google Translate, que lidera el campo de la TA, es imposible confiar con garantías en este sistema para que produzca algo que se parezca, poco menos, que a una traducción decente.
El motivo es que, simplemente, la clave para traducir es algo que no se le puede enseñar a una máquina: cultura. La comunicación humana es tan elíptica y dependiente de las circunstancias que, hasta el día en que finalmente inventemos con técnicas de inteligencia artificial algo que no se pueda diferenciar ni lo más mínimo de un cerebro humano real, la TA seguirá siendo un sueño recurrente.
En el blog de QuickSilver hemos realizado varios experimentos que demuestran la poca eficacia de los motores de traducción de internet (solo en inglés)…