Todos tenemos nuestra propia forma de usar el lenguaje y nuestras preferencias. En cuanto que aceptamos esta premisa, a menudo es difícil distinguir entre “corrección” y “preferencia”. Muchas veces, esto provoca problemas innecesarios, argumentos lingüísticos y frustración.
La mejor forma de evitar esto es confiar en la experiencia lingüística que ofrece trabajar estrechamente con el proveedor de la traducción para asegurarse de que el texto final es el más apropiado para el objetivo comercial en cuestión.
La mejor manera de conseguir el resultado deseado a la primera es comunicarle claramente al proveedor de la traducción lo que se necesita en cada caso. Suena más que obvio, pero este simple acercamiento es frecuentemente olvidado, lo que provoca problemas y frustración en futuras etapas.
Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que distintos documentos se escriben de formas distintas dependiendo de a quién van dirigidos (clientes, altos cargos ejecutivos, distribuidores, contactos de prensa, etc.). El equipo de traductores de QuickSilver es muy consciente de ello y tienen en cuenta otros elementos en su trabajo (p. ej: un registro formal contra un registro informal) para que el resultado sea el adecuado.