La experiencia nos ha enseñado que a menudo demasiada revisión es la peor solución.
Algunas personas creen que la traducción es una comodidad, algo que surge sin importar quién o qué la haga. Así es como muchos correctores internos ven el proceso de traducción.
Pero cuando se trata de la revisión real y de supervisar el trabajo de un PSL (Proveedor de Servicios Lingüísticos), el corrector interno se vuelve, a menudo, excesivamente meticuloso. El problema es que el corrector interno muchas veces no tiene demasiado información si quiera de quién ha ofrecido los servicios de traducción.
Sin saber quién ha llevado a cabo la traducción crea una inconsciente falta de confianza y una predisposición negativa hacia el documento traducido.
Para tener una buena relación con tu PSL y revisor y asegurar un producto final satisfactorio, uno tiene que estar al tanto de la diferencia conocimiento entre el corrector y el PSL. Esto quiere decir, escoger el corrector adecuado para cada documento.