La clave del valor añadido de una traducción está en darse cuenta de que la traducción inicial es sólo una fase del proceso de documentación. ¿Acaso se acaba el proceso cuando recibes la traducción de tu proveedor de servicios lingüísticos? No. Lo más probable es que el proceso se iniciara antes de la traducción y que siga más adelante. Seguramente necesitarás más traducciones, traducciones que deberías tratar como un proceso en el tiempo y no como proyectos puntuales.
Aquí tienes algunos ejemplos de áreas en las que deberías estar pidiendo a tu proveedor valor añadido en la traducción y cómo dicho proveedor podría ayudarte en cada caso.
Calidad: el concepto de “calidad” puede incluir no solo excelencia lingüística, sino precisión, un tono y registro adecuados, gestión de expectativas, utilización de la terminología acordada, estándares específicos, procesos adaptados al cliente, etc.
Conocimiento del sector: ¿Tiene el proveedor un equipo de traductores especializados con experiencia en traducciones para tu sector? Cuanto mejor conozcan tu sector, mejor será la traducción. Un traductor que conoce la terminología de tu empresa y que comprende lo que está traduciendo añade mucho más valor que un traductor sin experiencia en tu sector.
Coherencia con traducciones pasadas: ¿Utiliza el proveedor programas de ayuda a la traducción? El uso de Memorias de Traducción permite traducir documentos de forma coherente entre documentos y entre departamentos, e incluso en distintos periodos de tiempo. Independientemente de quién haya traducido cada documento, la memoria de traducción del cliente se va enriqueciendo con el tiempo.
Otros servicios y capacidades: ¿Ofrece tu proveedor traducción a todos los idiomas? ¿Puede ayudarte con tus procesos internos?
Rapidez y puntualidad: ¿Puede traducir volúmenes importantes en un periodo de tiempo reducido? ¿Entrega siempre a tiempo? ¿Qué pasa si se pone enfermo? ¿Qué pasa si deja de contestar a tus e-mails (y llamadas) justo antes de tu fecha de entrega de proyecto?
Apoyo lingüístico: ¿Puede explicarte por qué ha traducido una frase concreta de esta forma y no de aquélla? La mejor forma de gestionar tu proceso interno de revisión es asegurarte de que tu proveedor esté a sólo una llamada de distancia, y que siempre conteste a tus llamadas.
Formatos y maquetación: ¿Puede tu proveedor entregarte presentaciones en Powerpoint traducidas y con los ajustes necesarios? ¿Puede trabajar con catálogos en QuarkXpress, Adobe InDesign u otros formatos profesionales? ¿O se limita a traducir palabras y dejarte todo lo demás a ti? ¿Puede ajustar la maqueta (post-maquetación) para que no tengas que pasarte horas redimensionando cajas de texto demasiado pequeñas?
Al final, el mejor proveedor es aquél en quien confías. Pero en traducción, como en casi todos los servicios, la confianza sólo se consigue a medio y largo plazo. ¿En quién vas a confiar tu proceso de documentación multilingüe?