La mayoría de las traducciones empresas son «urgentes». A veces esto queda totalmente justificado, como en el caso de una feria comercial, una presentación ante un cliente, el lanzamiento de una página web o la firma de un contrato. Por otro lado, algunos plazos resultan totalmente injustificados, a menudo porque los ha marcado un jefe poco realista o porque se han ido dejando hasta el último momento. En cualquier caso, las urgencias son malas para cualquier tipo de proyecto y los de traducción y documentación no son una excepción. Correr para terminar algo incrementa la probabilidad de estrés, error y, lo más grave, obtener resultados por debajo de los deseados.
En general, cuanto antes pienses en la traducción durante el proceso de documentación, tanto mejor. Habitualmente la gente piensa en la traducción profesional cuando el texto original ya está terminado. A estas alturas, probablemente hayamos perdido la posibilidad de ahorrarnos una cantidad considerable de dinero y tiempo. Esto resulta particularmente cierto en proyectos que requieren un formato no estándar – básicamente cualquiera distinto al de las aplicaciones Office, como HTML y otros formatos web, QuarkXpress, Adobe InDesign, Adobe FrameMaker, etc.