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Traducciones multilingüe: las variantes del árabe

«Árabe» es una palabra interesante. En castellano se utiliza muy libremente (como sustantivo) para denominar el idioma hablado por las gentes que habitan desde Somalia hasta Irak, con muy poca atención al hecho de que como lengua es muy propensa a las variantes regionales. En realidad, asumir que cualquier hablante de árabe puede conversar libremente con cualquier otro hablante de árabe es como asumir que todas las lenguas romances son mutuamente comprensibles.


La confusión se origina porque sí existe un árabe «clásico» o «literario», concretamente la lengua en la que está escrito el Corán. El árabe literario se considera normativo: es inmune al cambio o desarrollo y se espera que sus hablantes respondan a normas gramaticales y de vocabulario bien establecidas. Teniendo en cuenta que todo musulmán devoto debe ser capaz de leer el Corán, podríamos decir que el árabe literario es lo más parecido a una lengua universal que une a todos los países árabes, similar al latín en la Europa medieval. La única dificultad es que, a diferencia del latín medieval, no se utiliza como una lengua viva, un lenguaje coloquial.

El árabe estándar moderno deriva del árabe literario y es utilizado por las publicaciones más actuales del mundo árabe. Los hablantes de árabe con más estudios son capaces de entender el árabe estándar moderno y consideran a éste y al árabe literario dos registros diferentes de lo que es esencialmente el mismo idioma. A diferencia del árabe literario, el árabe estándar moderno es propenso a variaciones, tanto entre las diferentes regiones como en el uso de distintas personas de estas regiones, además de ser mucho más fluido al hablar y escribir.

Y luego están las variantes coloquiales o dialéctica de árabe, que difieren de país a país. La división principal del árabe coloquial es entre el norte de África y Oriente Medio. Los llamados dialectos, a pesar de que la mayoría de los lingüistas los consideran idiomas, tienden a ser mutuamente incomprensibles: una persona de Arabia Saudita es poco probable que entienda bien a un tunecino, por ejemplo, aunque a la inversa no sea necesariamente cierto, debido en gran parte a la preponderancia cultural de Egipto en el mundo árabe. Los dialectos árabes rara vez se encuentran escritos, pero se utilizan en los medios de comunicación orales informales, tales como las telenovelas.

Esta mezcla de tres variantes lingüísticas, de la que podemos esperar que cualquier persona árabe educada use o al menos comprenda, significa que la situación sociolingüística del mundo árabe es un excelente ejemplo de lo que los lingüistas llaman diglosia: el uso de dos variedades distintas del mismo idioma, por lo general en situaciones distintas. Otro ejemplo de este fenómeno es la tendencia entre los londinenses con raíces jamaicanas a hablar patois en casa y un inglés más estándar con el resto del mundo.

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La confusión se origina porque sí existe un árabe «clásico» o «literario», concretamente la lengua en la que está escrito el Corán. El árabe literario se considera normativo: es inmune al cambio o desarrollo y se espera que sus hablantes respondan a normas gramaticales y de vocabulario bien establecidas. Teniendo en cuenta que todo musulmán devoto debe ser capaz de leer el Corán, podríamos decir que el árabe literario es lo más parecido a una lengua universal que une a todos los países árabes, similar al latín en la Europa medieval. La única dificultad es que, a diferencia del latín medieval, no se utiliza como una lengua viva, un lenguaje coloquial.

El árabe estándar moderno deriva del árabe literario y es utilizado por las publicaciones más actuales del mundo árabe. Los hablantes de árabe con más estudios son capaces de entender el árabe estándar moderno y consideran a éste y al árabe literario dos registros diferentes de lo que es esencialmente el mismo idioma. A diferencia del árabe literario, el árabe estándar moderno es propenso a variaciones, tanto entre las diferentes regiones como en el uso de distintas personas de estas regiones, además de ser mucho más fluido al hablar y escribir.

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Esta mezcla de tres variantes lingüísticas, de la que podemos esperar que cualquier persona árabe educada use o al menos comprenda, significa que la situación sociolingüística del mundo árabe es un excelente ejemplo de lo que los lingüistas llaman diglosia: el uso de dos variedades distintas del mismo idioma, por lo general en situaciones distintas. Otro ejemplo de este fenómeno es la tendencia entre los londinenses con raíces jamaicanas a hablar patois en casa y un inglés más estándar con el resto del mundo.