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El controvertido tema de los dialectos

Ya que hemos publicado entradas recientemente acerca del napolitano y de las variantes del árabe, parece un buen momento para revisar algunos de los usos del término «dialecto» y tratar de descifrar a qué se refieren los lingüistas cuando lo utilizan.

En primer lugar, se usa para designar una variedad de una lengua determinada que es característica de un grupo de hablantes de dicha lengua. Cuando este grupo es diferente por motivos sociales en lugar de geográficos, se trata de un sociolecto. En cambio, el dialecto hablado en un área definida geográficamente es un geolecto.

El término idiolecto (del griego «propio» y «para ser hablado») se refiere a la versión singular de una lengua hablada por individuos. De hecho, en un plano casi metafísico, se podría decir que no existen los dialectos, sino que una lengua es un cúmulo de idiolectos solapados.

Un buen ejemplo de sociolecto es lo que los lingüistas llaman en inglés Received Pronunciation (RP), una variante del inglés británico que se consideraba el inglés «correcto». Por supuesto, el RP es (era) solo un sociolecto hablado por un determinado sector dominante de la sociedad británica; es decir, los más acomodados del sur.

Un segundo, y más popular, uso del término dialecto se refiere a aquella lengua que de alguna manera está subordinada a la estándar nacional (o regional). De este modo, aunque un dialecto tiene tanto derecho al «estatus de lengua» como la forma dominante, por motivos históricos o sociales, se ha visto marginado. Con frecuencia, un dialecto es paralelo o similar a la lengua dominante, pero no es una variedad ni proviene de ella.

A menudo se plantea que la inteligibilidad mutua es una característica fundamental de los dialectos. El valenciano y el catalán de Barcelona son ambos dialectos, ya que se entienden mutuamente. Hoy en día, el noruego estándar se consideraría un dialecto del danés de hace cien años.

Cuando se unificó Italia, se eligió el toscano como la lengua nacional y las demás, que se habían desarrollado y coexistido junto al toscano, se vieron degradadas a la categoría de dialectos. Sin embargo, aunque el veneciano y el napolitano deberían considerarse «lenguas hermanas» de lo que ahora se llama italiano, a menudo se hace referencia a ellas como simples dialectos o variantes regionales de sociolecto dominante.

Wikipedia enumera las principales razones por las que se deberían considerar algunas lenguas dialectos en vez de lenguas propiamente dichas y son las siguientes:

  • No tener forma estándar o codificada.
  • No contar con un estatus propio para los hablantes de esta lengua.
  • No utilizarse nunca, o casi nunca, en su forma escrita (más allá del estilo indirecto).
  • No contar con respeto o prestigio sobre otra, a menudo estandarizada, variante.

 

O mejor dicho, como el famoso lingüista judío Max Weinreich afirmó: «una lengua es un dialecto con un ejército». Algunos lingüistas tratan de evitar todas las connotaciones desagradables de la palabra «dialecto» y para ello utilizan el término «idioma» para referirse a todos los sistemas de habla, tanto si se les considera dialectos como si no. Los lingüistas antropológicos lidian con el mismo problema e insisten en que todas las formas específicas de una lengua que se usan en una comunidad de hablantes son dialectos; es decir, todo el mundo habla un dialecto.

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En primer lugar, se usa para designar una variedad de una lengua determinada que es característica de un grupo de hablantes de dicha lengua. Cuando este grupo es diferente por motivos sociales en lugar de geográficos, se trata de un sociolecto. En cambio, el dialecto hablado en un área definida geográficamente es un geolecto.

El término idiolecto (del griego «propio» y «para ser hablado») se refiere a la versión singular de una lengua hablada por individuos. De hecho, en un plano casi metafísico, se podría decir que no existen los dialectos, sino que una lengua es un cúmulo de idiolectos solapados.

Un buen ejemplo de sociolecto es lo que los lingüistas llaman en inglés Received Pronunciation (RP), una variante del inglés británico que se consideraba el inglés «correcto». Por supuesto, el RP es (era) solo un sociolecto hablado por un determinado sector dominante de la sociedad británica; es decir, los más acomodados del sur.

Un segundo, y más popular, uso del término dialecto se refiere a aquella lengua que de alguna manera está subordinada a la estándar nacional (o regional). De este modo, aunque un dialecto tiene tanto derecho al «estatus de lengua» como la forma dominante, por motivos históricos o sociales, se ha visto marginado. Con frecuencia, un dialecto es paralelo o similar a la lengua dominante, pero no es una variedad ni proviene de ella.

A menudo se plantea que la inteligibilidad mutua es una característica fundamental de los dialectos. El valenciano y el catalán de Barcelona son ambos dialectos, ya que se entienden mutuamente. Hoy en día, el noruego estándar se consideraría un dialecto del danés de hace cien años.

Cuando se unificó Italia, se eligió el toscano como la lengua nacional y las demás, que se habían desarrollado y coexistido junto al toscano, se vieron degradadas a la categoría de dialectos. Sin embargo, aunque el veneciano y el napolitano deberían considerarse «lenguas hermanas» de lo que ahora se llama italiano, a menudo se hace referencia a ellas como simples dialectos o variantes regionales de sociolecto dominante.

Wikipedia enumera las principales razones por las que se deberían considerar algunas lenguas dialectos en vez de lenguas propiamente dichas y son las siguientes:

  • No tener forma estándar o codificada.
  • No contar con un estatus propio para los hablantes de esta lengua.
  • No utilizarse nunca, o casi nunca, en su forma escrita (más allá del estilo indirecto).
  • No contar con respeto o prestigio sobre otra, a menudo estandarizada, variante.

 

O mejor dicho, como el famoso lingüista judío Max Weinreich afirmó: «una lengua es un dialecto con un ejército». Algunos lingüistas tratan de evitar todas las connotaciones desagradables de la palabra «dialecto» y para ello utilizan el término «idioma» para referirse a todos los sistemas de habla, tanto si se les considera dialectos como si no. Los lingüistas antropológicos lidian con el mismo problema e insisten en que todas las formas específicas de una lengua que se usan en una comunidad de hablantes son dialectos; es decir, todo el mundo habla un dialecto.