En los últimos años se ha agilizado y se ha mejorado la eficiencia del proceso de traducción.Puede que la industria haya logrado aprovechar el potencial de las nuevas herramientas, o tal vez lo que ha propiciado un cambio en la percepción de la importancia de la traducción haya sido la expansión de la economía mundial en los mercados que habían sido insuficientemente explotados hasta el momento, o quizá se trate de un modelo importado de otro sector que se enfrenta retos similares.
Las empresas de servicios lingüísticos (LSP por sus siglas en inglés) más pioneras decidieron dar un nuevo enfoque al proceso de la traducción, después de darse cuenta de que el modelo operativo de traducción, no era útil ni para los clientes ni para los traductores. Este nuevo enfoque tiene como objetivo reducir las etapas intermedias e integrar todo el ciclo en un proceso de trabajo fluido y continuo, optimizando cada paso del proceso.
Para este nuevo proceso de traducción, es fundamental que se establezca una estrecha relación de trabajo entre el cliente y la LSP. El cliente deberá estar en contacto continuo con la LSP y proporcionarle una primera versión del documento a traducir. Llegados a esta fase, el cliente puede relajarse y esperar a que el producto aparezca en su bandeja de entrada.